Sebastian Rubio
Gerente Comercial de Patrimore.
29 de agosto de 2025
La promesa suena demasiado buena para ser verdad:“Haz que tu dinero trabaje por ti y deja de trabajar para siempre”. ¿Quién no ha visto esa frase en redes sociales, en libros de finanzas personales o en algún curso online?
Pero cuando hablamos de ingresos pasivos, la primera pregunta que deberíamos hacernos es: ¿realmente existen o son solo un sueño que nos venden para ilusionarnos?
La respuesta corta: sí existen, pero no son mágicos ni totalmente pasivos. Requieren esfuerzo, estrategia y, sobre todo, tiempo.
En teoría, se refiere a dinero que entra de forma regular sin que tengas que estar trabajando activamente cada hora para generarlo. Es decir, no depende directamente de tu tiempo, como un sueldo tradicional.
Ejemplos típicos:
A diferencia de un trabajo tradicional, estos ingresos siguen llegando incluso si no trabajas un día, una semana o un mes.
Pero aquí está la clave: Ningún ingreso es 100% automático. Siempre existe un trabajo previo (crear, invertir, desarrollar) y un grado de supervisión posterior.
La idea romántica de “me retiró joven y vivo de ingresos pasivos” tiene varios problemas:
Los ingresos pasivos no son dinero gratis.
Lo que sí logran es que el tiempo y el capital trabajen contigo, y no únicamente a través de tu esfuerzo diario.
Aunque no sean “dinero sin mover un dedo”, los ingresos pasivos sí valen la pena porque:
En otras palabras, no te convierte en millonario de la noche a la mañana, pero sí en alguien menos vulnerable y con más libertad de decisión.
Los ingresos pasivos se construyen como una máquina financiera: al principio parece pequeña e ineficiente, pero con el tiempo se convierte en una fuente poderosa de ingresos.
El proceso es así:
Ejemplo:
Con $500.000 invertidos en acciones que entregan 10% anual en dividendos, recibirías $50.000 al año. Parece poco.
Pero si reinviertes y sigues aportando cada mes, después de 10–15 años esos dividendos pueden transformarse en un ingreso mensual suficiente para cubrir cuentas básicas.
La paciencia es la clave: al inicio los resultados son pequeños, pero con el tiempo el crecimiento es exponencial.
Uno de los grandes errores es pensar en ingresos pasivos como un “atajo” para no trabajar nunca más. La realidad es distinta:
De hecho, muchas personas que alcanzan cierta libertad financiera siguen trabajando… pero lo hacen en lo que disfrutan, con más calma y menos presión.
En Patrimore buscamos aterrizar este concepto:
La diferencia no está en perseguir un sueño vacío, sino en construir una estrategia clara y personalizada.
Agenda una reunión 100% gratis y da tu primer paso hacia una planificación financiera con claridad.
Los ingresos pasivos no son un mito, pero tampoco son lo que muchos venden en redes sociales. No se trata de dinero gratis ni de retirarse a los 35 a la playa.
Lo que sí representan es una forma realista y poderosa de ganar más libertad en tu vida:
La verdadera libertad no llega de golpe. Se construye con disciplina, tiempo y un plan. Y ahí es donde empieza tu camino.
Patrimore es una institución inscrita en el Registro de Prestadores de Servicios Financieros y regulada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) según la Norma de Carácter General No 502.
Patrimore no actúa como intermediario de valores, no recibe ni efectúa pagos de dinero, ni custodia valores. Los servicios de Patrimore se limitan exclusivamente a la asesoría financiera y actividades relacionadas autorizadas. Las recomendaciones de inversión generadas por Patrimore deben ser aceptadas por ti de manera expresa antes de su ejecución; la decisión final siempre reside en ti. Ninguna inversión está exenta de riesgos.
Las inversiones que realizas a través de Patrimore son gestionadas y custodiadas por instituciones fiscalizadas y reguladas por la CMF.
Al crear una cuenta en Patrimore, aceptas los términos y condiciones del sitio, incluyendo las políticas de privacidad y los riesgos asociados a las inversiones.